¡Yo si soy religioso, por la gracia de Dios!

Paseo Los Próceres - Caracas. 

Ninguno de los apóstoles del Señor Jesucristo hubiere sido tan "bondadoso" con los falsos apóstoles del siglo xxi como son los maestros y voceros neo-evangélicos de hoy. Esa defensa apasionada de herejes y falsos maestros, esa apología impregnada de "compasión" y del popular "ora por ellos en vez de juzgarlos" es de por si sospechosa. ¿Qué razón tiene alguien para defender a un hombre que hace mercadeo con la fe, que tuerce las Sagradas Escrituras de manera desvergonzada y promueve un evangelio centrado en los caprichos del corazón del hombre?

Las razones pueden ser muchas, pero para mi, la principal radica en una mala comprensión del Evangelio de Cristo y de la fe cristiana, producto del bombardeo de desinformación y mala enseñanza que abunda en la televisión, la radio y las redes sociales, y por supuesto, también es un fruto del pecado de corazón de quienes son seducidos, pues en última instancia, quienes no quieren sufrir la sana doctrina, son responsables de correr detrás de sus propias imaginaciones y deseos, aborreciendo finalmente el mensaje de Cristo aunque afirmen ser cristianos, adoptando un sistema creado para negar la fe, abrazando una construcción heterodoxa y digerible para aquellos que no pueden soportar la verdad de la enseñanza de los apóstoles. Todo esto dentro de un círculo que se denomina cristiano y afirma que adora a Cristo.

El "triunfo" de las sectas del siglo xxi que yo llamo neo-evangélicas, sin duda se debe en gran parte a que tienen consumidores. Estas personas que tildan de "legalista" a toda enseñanza que les incomode o que exponga su forma de vida libertina, diluida, inmoral, hipócrita y perversa. Si una enseñanza o predicación de un siervo fiel de Cristo les molesta, entonces le acusan de "religioso". ¿No han escuchado a estos pavos inflados burlarse de los siervos fieles y santos de Cristo llamándoles religiosos? Como si eso fuera un insulto. Sin duda, quien usa la frase "religioso" para ofender a un siervo fiel de Cristo por su celo y obediencia al Evangelio, no conoce las Sagradas Escrituras.

"Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo."

Stgo 1:26-27 RV60.

La única vez que se menciona la palabra religión en el Nuevo Testamento, se hace en una breve explicación de cuál es la verdadera religión, la religión pura y sin mácula esa es la religión de las obras, dentro del contexto de la carta del apóstol Santiago. Se refiere a la vida de fe que es respaldada por las buenas obras, porque la fe sin obras es muerta. Sin embargo, a pesar de la enseñanza tan clara de Santiago, los neo-evangélicos de hoy, haciéndoles el coro a los enemigos de la fe y a los ateos que se huelgan despotricando de la palabra religión, usan la esta palabra, que es tan hermosa, santa y alentadora, como un insulto; ¡imagínese usted! ¿cuando ser llamado religioso ha sido un insulto en la historia del cristianos?, solo en el siglo de las sectas y grupos emergentes que han roto los puentes hacia la riqueza y el legado de nuestros hermanos del pasado, han abrazo el error y han capitulado frente al mundo. Al parecer se les terminaron los argumentos, y solo pueden apelar a ese pobre cuasi-argumento. 

Siempre escucharás a los enemigos de la religión, que increíblemente se dicen cristianos, llamando religiosas a las mujeres que desean vestir decentemente y tener muchos hijos, o fundamentalistas a los varones que aman las Sagradas Escrituras y quieren ser fieles a Cristo viviendo vidas santas, viviendo por convicciones, no cediendo ante las ofertas del mundo. Esto es muy triste, pero es una realidad que estamos enfrentando hoy día, y no tenemos porque quedarnos en silencio frente a tan injusta acusación de quienes afirman ser incluso, nuestros hermanos. La verdad, es que estos maestros falsos han usado mal la palabra religión, la han deformado en la mente de quienes les escuchan, y no solo falsos maestros, algunos siervos de Dios que han sido confundidos o han adoptado la moda de "ataca al religioso para que te veas chevere y fresco" lo están haciendo sin darse cuenta que están resistiendo a la misma palabra de Dios y a Dios mismo. 

Esa deformación radica en el hecho de que no han dado el significado correcto que la lengua le adjudica a la palabra. Religión significa una cosa, y no otra. Si alguien quiere señalar la hipocresía, la dureza de corazón de algunos hombres, etc., no debe usar la palabra religión o fundamentalismo, sino que debe usar las mismas palabras que Dios usa en su palabra, la Biblia. El fariseísmo del que hablaba Jesús nuestro Señor, no era una desaprobación de todos los fariseos, sino de algunos escribas y fariseos, que eran hipócritas y proselitistas. No los llama "religiosos" de forma despectiva ni denigra esa palabra que es elevada y exaltada en la misma Biblia. La Escritura no se contradice. De hecho, es mi criterio personal que Jesús amaba a los fariseos, y que era duro con ellos porque les amaba, y esperaba su arrepentimiento. De hecho, la nación de Israel tenía en alta estima a los fariseos porque ellos eran guardianes de la ortodoxia, eran muy amados en líneas generales por el pueblo judío, y no pocos discípulos de Cristo fueron fariseos, el más famoso, fue el apóstol San Pablo.

Jesucristo nunca usó la palabra religioso, fariseo o escriba para insultar, sino para señalar a quienes estaban pecando en su corazón con la hipocresía. Pero, también señaló a herodianos, e incluso, a sus propios discípulos. Así que debemos llamar a las cosas como son, el pecado por el nombre del pecado, y las palabras de la Biblia tal cual la Biblia lo enseña, respetando el mensaje que Dios quería y quiere comunicar y no una descarada deformación del lenguaje. 

Esa frase pegajosa que es tan popular en los movimientos evangélicos emergentes: "Cristo no es religión, es una relación", no tiene ningún fundamento en la Biblia ni en la historia de la Iglesia. Es en realidad el intento de una corriente del cristianismo de hacer parecer la fe más apetecible, de hacerla ver más divertida y fresca, en pocas palabras, hacerla digerible para todos, mientras el Señor Jesucristo predicaba sermones como este: 

"Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo." 

Luc 14:25 - 33 RV60. 

¿Alguien puede ver el cisma que hay entre la enseñanza de los púlpitos neo-evangélicos, neo-carismáticos y demás denominaciones e iglesias emergentes y la enseñanza confrontativa del Señor Jesucristo, Cabeza de la Iglesia. He sido testigo de cómo algunos oradores desean presentarse cada vez más "parecidos al pueblo", "menos religiosos", "menos evangélicos" y cada vez más conformados al mundo, tan conformados que terminan siendo como él, dejando a las almas sedientas de redención sin la única medicina que puede ayudarles, dándoles a beber y a comer comida chatarra, basura e incluso veneno. 

En fin, el corazón depravado del hombre, incluso el que se hace llamar cristiano evangélico, se aferra a cualquier argumento que le permita atacar aquello que expone su libertinaje, su maldad oculta, su inmoralidad e hipocresía, y aferrándose a ello como si estuviera detrás de una muralla de mentiras, comienza a disparar a quienes con su vida santa y su mensaje, desbaratan su fantasía, destruyen su sistema de falacias y exponen la verdad de forma clara e irreductible. Estos líderes neo-evangélicos y falsos apóstoles necesitan seguir sosteniendo su negocio y para ello usan sus tribunas, sus medios y su fuerza económica para ridiculizar a los que anhelan vivir esa religión pura y sin mácula de la que habla Santiago inspirado por el Espíritu Santo de Dios. 

Finalmente, y sin duda, estos señores resisten al Espíritu Santo y hacen tropezar a muchos pequeños, pero tendrán su justa retribución de parte del Señor mismo. Los que siguen estas disoluciones y tienen comezón de oír cosas nuevas, tendrán también su parte, ellos cosecharán la defensa que hacen de estos lobos rapaces y falsos profetas que anuncian, y anuncian cosas que jamás ocurren, pero que a pesar de ello, siguen con ellos. Estos tendrán también su parte en el lago de fuego y azufre, porque ese es el destino de los falsos profetas y maestros, de los obreros fraudulentos y apóstoles de satanás. 

Por lo pronto, yo ruego al Señor que tenga compasión de mi, y de todos nosotros, que tenga misericordia y nos persevere hasta el final según su gracia inagotable. La verdad es que cada día más aprecio la palabra religión, y no es para mi ningún insulto que me digan religioso, es un honor, y esto debería ser así para todos los cristianos que aman al Dios trino y su santa Biblia, que enseña la verdadera religión. En ese sentido, puedo decir: ¡yo si soy religioso, por la gracia de Dios!. 

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