jueves, 8 de octubre de 2015

Ni siquiera el hambre nos podrá separar del amor de Dios, en Venezuela.

El Junquito - Venezuela
Ni siquiera el hambre nos podrá separar del amor de Dios que es en Jesucristo nuestro Señor. Estas, son palabras de S. Pablo, apóstol de Cristo, quién sabía muy bien que el amor de Dios es inmutable. El domingo compartí este mensaje con los fieles y el Espíritu Santo de Dios trajo el consuelo esperado a los corazones.

Nuestra nación está atravesando por una de las más difíciles coyunturas desde los inicios de la República. Los índices de criminalidad y violencia han aumentado brutalmente juntamente con la dificultad de obtener alimentos. El Pueblo de Dios no está ausente de esta situación, sino que la vive de primera mano.

Niños lloran de madrugada pidiendo una leche que no hay, y muchos enfermos no consiguen sus tratamientos, y a veces un dolor de cabeza se vuelve "un dolor de cabeza" porque no se encuentran los analgésicos. Por otra parte, los sueldos se diluyen, y la moneda nacional pierde su valor cada semana.