sábado, 30 de abril de 2022

¡QUIEREN QUE ME BAUTICE DE NUEVO!

Un Hermano me consultó con cierta preocupación sobre un tema que ya he escuchado antes. Este hermano me comentó que dos de sus familiares llegaron a una Iglesia Independiente para congregarse en virtud de que quedaron sin comunión en su antigua iglesia local, y pasados los días los líderes de esa nueva congregación independiente les anunciaron que debían bautizarse. Ante este anuncio, los familiares de mi hermano explicaron a los líderes que ellos, tenían más de veinte años de creyentes, sirviendo al SEÑOR y que fueron bautizados por inmersión con la fórmula trinitaria, como está escrito y como ordenó nuestro SEÑOR Jesucristo, es decir, ellos ya habían obedecido hacía muchos años el mandato del SEÑOR, lea Mateo 28:19-20.

Las razones que dieron estos líderes fueron, entre otras: 1. Son las normas de nuestra iglesia, para ser parte de nosotros, aunque ya seas bautizado, debes hacerlo de nuevo. 2. No reconocemos el ministerio o denominación a la que pertenecías. 3. Todos lo harán, si ustedes no lo hacen, ¿Qué dirán los demás?.

Iré al grano.

martes, 16 de marzo de 2021

La divina providencia en la aflicción, la oración y la reivindicación de los hijos de Dios. Ensayo de la introducción de 1 Samuel.

He estado meditando en el libro de 1 de Samuel, leyendo una vez más, pero ahora, buscando como un explorador fascinado todo aquello que descubra la providencia de Dios maravillosamente expuesta en la vida de quienes quiso Él quedaran sus vidas escritas en las Sagradas Escrituras. Sin duda alguna, toda la Biblia está llena de la divina providencia, toda ella está perfumada con la fragancia de la bondad y la justicia de Dios. No existe manera de leer la palabra de Dios y no ver su gloria, su inmensa compasión y al mismo tiempo su justa y bendita severidad.

Pues bien, en esta oportunidad quisiera compartir contigo algunas breves impresiones de mis lecturas del libro antes mencionado, porque para mi fueron de tanta bendición, consuelo, fortaleza, alivio y ánimo, que me gustaría que tu las pudieras disfrutar conmigo, presta mucha atención, será breve, pero iré al punto, porque tener en cuenta estas cosas hace bien al alma del cristiano peregrino que anda por la senda estrecha entre lágrimas y alegrías. Para ello te invito a la leer 1 Samuel capítulos 1 y 2.

miércoles, 15 de julio de 2020

Carta a mis hermanos de El Junquito.

El Junquito - @fares_palacios 
Mis amados hermanos, a quienes también podría llamar mis hijos en la fe, por cuanto los he engendrado en Cristo con muchas lágrimas y dolores, no olvidemos nunca las palabras del santo apóstol de Jesucristo, San Pablo, que habiendo llevado en él innumerables aflicciones, no dudó ni un minuto en la bondad infinita de Dios aún en medio de gran oposición y tribulación diciendo con tanto amor: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien".

Como antes les he dicho, no crean a estos mentirosos que hablan desde sus tribunas infames queriendo resistir al Gobierno de Dios e ignorando las Sagradas Escrituras afirman temerarios que esto que ha ocurrido no es un juicio Divino y que Dios no lo quería y que según ellos, fue algo que ocurrió y Él no pudo evitarlo. Ese no es el Dios de la Biblia, ese no es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, ese no es el Dios de Israel, ese no es el Dios soberano y todopoderoso que sustenta con su providencia todo lo creado. Nuestro Dios está en los cielos, todo lo que quiso ha hecho, y no hay nada ni nadie que pueda detener su mano cuando ha determinado hacer algo. Él gobierna el universo y ejerce su señorío y soberanía en todas las naciones y hace como quiere, donde quiere y cuando quiere.

Los pecados de la humanidad han llegado hasta su santo Trono y la indignación y la ira del Creador se pueden ver derramadas en las naciones. Mis hermanos amados, Dios ha derramado sus juicios sobre esta tierra depravada, pero además, está disciplinando a la Iglesia, su amada Iglesia que ha estado tan distraída en contiendas inútiles, que ha abrigado pecados en su seno, que se ha corrompido y endurecido su corazón. El SEÑOR está afligiendo también a estos que han hecho de la Iglesia una marca personal, un imperio, una fuente de ganancia deshonesta o un pequeño feudo. Y esta disciplina es para nuestro bien y para el bien de aquellos que incluso, estando hechizados bajo el embrujo de estos falsos apóstoles, han conocido la gracia del SEÑOR. Para nosotros, este es un tiempo de confesión, arrepentimiento y conversión, de restitución y reconocimiento de la soberanía de Dios.

No teman ni se desanimen, que nuestra alegría debe estar fundamentada solo en el Dios trino y no en las cosas que pudieron alegrarnos por un tiempo. Dios es inmutable y eterno y no se muda, y nos llama a todos a volver a Él por medio de Su Hijo nuestro SEÑOR Jesucristo.

Respecto a aquello que todo ha cambiado, sin duda, todo lo que hecho por el hombre es mudable, la creación misma está sujeta a los cambios de sus propios elementos, pero Dios no se muda.

martes, 2 de julio de 2019

"¡Una voz que clama en el desierto!": Por Su Causa 2019, una breve pero significativa experiencia con el pastor Miguel Núñez.

Al finalizar una de las plenarias del pastor Miguel Núñez, salimos de nuestros asientos con cierta prisa para saludarlo. No lo habíamos hecho antes, tanta gente lo hacía al mismo tiempo que desistíamos, pero esta vez, queríamos agradecerle por la predicación y dejarle saber, si era posible, que Dios habló a nuestros corazones. Lucy estaba notoriamente conmovida hasta las lágrimas, teníamos la convicción de que el Espíritu Santo nos había hablado muy claramente en ese sermón. Recuerdo que entre otras cosas el pastor Miguel habló de aquella “voz que clama en el desierto”.  

Así nos sentíamos nosotros en nuestro país, como voces clamando en un desierto de dolor, de almas sordas por el temor y la miseria, confundidas y esclavas de sus yerros. Sin embargo, esa noche se sentía en el auditorio de la IBI algo especial que no sabemos describir con precisión, como si todo estuviese impregnado de esperanza, de gozo, de consolación y de amor; estábamos conmovidos pero felices, estábamos siendo alimentados y fortalecidos con un propósito. Al finalizar esa plenaria, el pastor Miguel citó al profeta Habacuc, capítulo 3, versículos 17 al 19, un texto que hemos leído muchas veces, pero que esta vez lucía más hermoso y claro en el contexto de la exposición:

“Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar.”

Por fin llegamos hasta el lugar donde el pastor estaba, rodeado de muchas personas, y muchas voces hablando al mismo tiempo, eso dificultaba el poder oír bien. Lucy se adelantó y logró saludar al pastor Miguel entre lagrimas y sonrisas, e incluso pudo abrazar a su esposa y tomarse una fotografía muy especial con ella unos minutos después. Pues bien, cuando por fin pudo dirigir algunas palabras al pastor Miguel, ella se presentó, le dijo que dónde veníamos, y le dejó saber que nos sentíamos como voces clamando en el desierto de nuestro país.

El pastor Miguel en medio de ese mar de personas, alcanzó a darnos a los dos palabras de aliento, afirmando con esa sonrisa que él tiene y esa mirada tierna que refleja la bondad y la compasión, lo siguiente: “Dios no ha quitado su gracia de Venezuela, Él tendrá misericordia de su país, por sus justos”. En ese momento llegaron más personas y tuvimos que irnos. Fueron segundos, pero esas pocas palabras fueron de mucho aliento, palabras que sumamos a nuestro cofre de tesoros encontrados en la conferencia Por Su Causa 2019.

© Por Fares Palacios. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.

sábado, 29 de junio de 2019

"¡Miraré al Rey!": Por Su Causa 2019: ¡un cántico de esperanza y liberación en tiempos de opresión!

Auditorio de la IBI. Por Su Causa 2019. 
Estaba allí, en medio de ese auditorio repleto, con un promedio quizá de tres mil almas, de cientos de hermanos de la IBI, pero también de distintas iglesias y países, y el grupo de adoración de esta iglesia, a quienes no conozco, pero quisiera conocer algún día, interpretaban aquel cántico que traspasó mis entrañas y mi corazón: “¡Miraré al Rey!”, que fue el canto lema de la conferencia este año. Alguno se estará preguntando por qué hablo de la música, y no del contenido de las plenarias y conversatorios, pues sobre eso tengo mucho que decir y lo haré en su momento, pero además de estas cosas, mi esposa y yo fuimos muy edificados con el contenido bíblico de la letra de ese cántico, y otros más, y por la hermosura y limpieza de las ejecuciones de los instrumentos que el Señor les ha dado, lo hacían como para el Señor.

No estando acostumbrado a este tipo de adoración, al principio miraba a los lados, un auditorio que parecía una bahía llena de cristianos con sus manos alzadas al cielo adorando, orando, cantando, otros derramando algunas lágrimas, otros batiendo las manos, las pantallas con las letras de los himnos, los músicos y cantores alineados con lo que pasaba en el auditorio, me pareció algo hermoso, conmovedor y edificante, muchas personas juntas, en paz, adorando al Señor.

Ese canto, que quisiera lo pudieran escuchar, parecía que hablaba a nosotros, me refiero a Lucy y a mi, de manera especial y significativa por la coyuntura que nos ha tocado vivir y enfrentar en nuestro país, Venezuela. Sé que lo mismo pasaba con todos o quizá la mayoría de los que allí estaban, sin embargo, tengo la convicción de que Dios estaba tratando con nosotros de forma especial, dándonos el alimento espiritual que necesitábamos.

En ese auditorio había algo distinto, y estoy seguro de que no era la música solamente, aunque era hermosa y con un mensaje centrado en las Sagradas Escrituras, pero lo mismo ocurría en las plenarias, en los pasillos, en cada rincón de aquella edificación y sus alrededores, tengo la certeza de que el Espíritu Santo de Dios estaba en medio de Su Pueblo obrando, trayendo frescura como un bálsamo a los corazones rotos, a los afligidos y oprimidos por el pecado, y por los enemigos de Dios; especialmente la última noche, en la exposición del pastor Miguel Núñez, aquella pequeña figura pastoral que se veía desde mi lugar, parecía grande cuando proclamaba la gloria de Dios y la salvación por el Evangelio de Cristo a todos los hombres.

Mi corazón estaba quebrantado pero me sabía amado por mi Creador, las palabras de la Biblia en ese púlpito eran palabras de esperanza y restauración, eran de gracia y verdad, de vida y libertad en Cristo, eran de gozo y poder, eran de integridad y sabiduría; y aún después de terminar la conferencia pasé varios días quebrantado, a veces sollozando, otras recordando las predicaciones y los cánticos, meditando en lo más hermoso que tiene nuestro Dios trino en las naciones, su pueblo, adorando sin temor y en libertad.

Iba rumiando las enseñanzas que había anotado en mi pequeña libreta verde, una y otra vez, descubriendo las herramientas de gracia que había recibido para seguir mi camino a la Ciudad Celestial en el país a donde he sido llamado a servir como pastor, hasta que Él lo diga. Fueron muchas impresiones, mi corazón estaba conmovido. Fueron muchas las muestras de amor inesperado que el Señor nos dio por medio de muchos de hermanos, de sonrisas, de chistes, alegrías, oraciones, historias, anécdotas y regalos. El calor de estos días era tan intenso como el amor de los hermanos y la gracia de Dios derramada sobre nosotros.

Para terminar esta entrada, te comparto el link para que puedas disfrutar de este cántico compuesto por hermanos de la IBI para la Conferencia “Por SuCausa” 2019, “Revolución Sexual” sin base bíblica ni científica. ¡Y por cierto! Seguiré publicando detalles de la conferencia y de mi experiencia en República Dominicana, si lo hiciera en esta entrada, sería un escrito muy largo, así que me permito hacer entradas breves según vaya recordando los momentos únicos que el Señor Jesucristo me ha permitido vivir en ese hermoso país.

© Por Fares Palacios. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.

miércoles, 22 de mayo de 2019

Ella algún día reverdecerá.

La tomé en el "Paseo los Próceres" - Caracas 
La vida sigue en la que algunos siguen llamando la Octava Isla. Los recuerdos son todo lo que queda de aquellos momentos felices en un país que ya no es. Por más que traté de conseguirlo, se había ido, lo vi en varios sitios a la vez, sonriente a veces, a veces triste, a veces caminando a la orilla de de una playa en Tenerife o Lanzarote, otras veces en las calles de Bogotá o Medellín, a veces los vi escalando torres muy altas en Virginia o en Texas, y otras sentados en un balcón en Funchal, con la mirada hacia Caracas con el mar que refleja la luz prístina del sol en las olas danzando de allá para acá.

Y así, desperdigado por muchos naciones cuál diáspora septentrional, mi país se fue, y se le puede ver en el acento cálido del Caribe que persiste aún, nostálgico, quedo, como el último bastión de resistencia que queda. Quizá tiene razón el judío, Cohelet, "nunca digas que los tiempos pasados fueron mejores", no porque no lo fueran, pues jamás en cabeza alguna alguien pensaría que es peor la paz y la prosperidad a la guerra y el hambre, sino porque es necesario seguir caminando al futuro.

Una cosa se, que Venezuela jamás volverá a ser lo que era, que hoy no es lo que fue, pero que definitivamente será, una nueva Venezuela. ¿Cuando? Nadie lo sabe, pero es la naturaleza de las naciones, ella emergerá de nuevo de la semilla muerta que hoy yace en la tierra, reverdecerá y conservando aquella esencia, se levantará como un árbol totalmente nuevo que dará su fruto a su tiempo. Quizá yo no lo vea, quizá mis hijos no lo vean, no lo se, pero se que pasará.

© Por Fares Palacios. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.

martes, 26 de marzo de 2019

Entre amaneceres y apagones.

Esta foto la tomé el amanecer del lunes 25/03/2019
Cerca de la Iglesia Providencia de El Junquito. 
Escribí esta mañana un breve pensamiento en medio de este gran apagón que nos sorprendió nuevamente desde el día lunes en la noche. Lo estoy publicando en este momento aprovechando que el servicio eléctrico ha sido restablecido en Caracas, no se hasta cuando. Dios les bendiga y gracias por visitar mi blog. 

Ha sido difícil escribir, los apagones dificultan la conexión y el uso de mi querida computadora portátil con una batería ya gastada me obliga a escribir breve y rápido, antes que también esta pantalla quede en oscuridad. En este momento por cierto, estoy valorando mucho mis amados libros físicos, porque cuando nos privan de la electricidad, solo quedan los fieles textos, algunos amarillentos, pero que no dejan de ser muy útiles, todos los cientos de libros digitales de nada sirven en este momento que vivimos, de igual forma, el papel y el lápiz no pasan de moda en casa, son de un alto valor para nosotros.

El domingo pasado, estuve en un hospital público de Caracas, haciendo una visita. Confieso que para mi jamás ha sido fácil ir a una cárcel o a un hospital, y en estos momentos que vivimos se hace mucho más difícil y doloroso. En la emergencia del hospital, pernoctan los familiares agotados de tanto correr, de buscar las medicinas que no aparecen, de ir de allá para acá, la mayor parte del tiempo a pie, acalorados, sedientos, temerosos, para poder conseguir los insumos, arriesgándose a ser contaminados por alguna bacteria, haciendo todo lo que pueden para salvar la vida de su ser amado, luchando para prolongar la dádiva que el paciente ha recibido del Creador.

Sus rostros caídos son un espejo de lo que poco a poco a ido ocurriendo en todos nosotros, estamos cansados, pero aún tenemos el don de la sonrisa en medio del caos, cosa que sin duda proviene de Dios. Los que están hospitalizados sufren, los riesgos aumentan, los virus se expanden, como por ejemplo la hepatitis, el agua escasea, la electricidad, el transporte; es tan difícil poner en palabras esta situación, sin embargo, al mismo tiempo el brillo del sol es hermoso en el verdor de los árboles que parecieran bailar con la suave brisa que nos alivia del calor, hay destellos de hermosura en medio de la fealdad de la opresión que todo lo destruye, el Señor no deja de enviarnos esperanza, no deja de compadecerse de nosotros, no deja de amarnos ni un solo minuto y darnos aliento usando pequeños detalles como el brillo de una hoja verde danzando con el viento.

La gente a diario hace un gran esfuerzo por ir a trabajar, por llevar a sus hijos a la escuela, por seguir adelante buscando una normalidad que no existe, los que más padecen, son aquellos que no tienen un vehículo propio, las paradas están atestadas de gente que está desesperada por llegar a trabajar a un lugar donde el pago no alcanza ni para comprar un cartón de huevos. Hoy no tenemos electricidad, la gente se queda en sus casas y los que pueden, tratan de poner en orden sus cosas, algunos limpian sus patios, otros leen un buen libro y otros tocan algún instrumento musical como esperando no sé qué cosa entre tonada y tonada mientras miran hacia hacia la costa.

Algunas mujeres atienden sus flores y plantas, los niños juegan como si nada rompiendo el silencio que reina en el aire, alegres, en medio de la novedad de los feriados forzados, y los perros descansan en los solares, todo se paraliza, la actividad económica del pueblo y de la ciudad, los negocios están cerrados, y queda esta extraña sensación de ser como un gran barco que ha quedado varado en medio del océano esperando, esperando siempre, con miles de seres humanos con ojos ya oscurecidos, observando a ver si aparece alguna nave de rescate, pero solo se divisa el mar, y mar, y mar, solo agua salada y algunas gaviotas tratando de pescar algo de manera insistente.

En medio de todo esto, los cristianos luchamos con tentaciones y pensamientos de tristeza, desesperanza, anhelos y tiranías. Viendo al horizonte, contemplando el mar Caribe, elevamos una oración al Dios trino rogando nos conceda la fe necesaria para resistir; “No nos metas en tentación, y líbranos del mal”; hastiados de las pugnas entre los partidos, de los duelos entre izquierdas, de la guerra de las cizañas, de las mentiras y las palabras hirientes y necias de quienes no sufren estos dolores, de las promesas incumplidas, de la miseria humana que aflora en la necesidad.

El dolor a veces es ensordecedor, tan extrañamente ruidoso que podría cerrar nuestros oídos para no oír las palabras de nuestro Rey, ¿y qué sería de nosotros sin su misericordia y su santa palabra? De pura gracia el Dios trino nos sigue regalando bellos amaneceres, el canto de las aves que le adoran y alegran nuestros corazones, nos sigue dando momentos maravillosos de contemplación de la luna y las estrellas, ¡todo lo creado alaba al Señor!, todo lo creado nos invita a la adoración, así lo creo, yo he sido invitado por los grillos, los sapos, las aves diurnas y nocturnas, las chicharras, los cocuyos y las bestias a alabar al Creador, y entre lágrimas me va bien, limpiando mi corazón de impurezas, de odios y tristezas que matan, el Sol de Justicia purifica lo que está infecto en el alma y su gloria se despliega en la perseverancia de aquellos en quienes Él ha iniciado la buena obra, que jamás se detendrá hasta que sea perfeccionada; ¡dichosos son los que tienen por Rey al Cristo de Dios!; ¡dichosos los que tienen en ellos al Consolador!; ¡dichosos todos los que aman al trino Dios, porque las aflicciones de este tiempo son breves, pero la gloria y el gozo inefable que está por venir jamás, jamás, jamás perecerá!

Al mismo tiempo, los inicuos, los malvados, los opresores y todos los que blasfemaron y dieron la espalda al Dios de Israel, recibirán su justa retribución, ellos son los herederos del fuego del infierno, ¡arderán eternamente y su memoria será borrada de la tierra para siempre!; ¡loado sea Cristo nuestro Señor, que nos persevera, nos fortalece y consuela!; ¡aún en la pobreza, en el hambre, la opresión y la guerra, somos más que vencedores en Cristo Rey, nuestro Señor!

© Por Fares Palacios. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.