miércoles, 3 de enero de 2018

¿Palabra profética del año?

Yo no quiero sonar odioso, y la verdad es que mucho menos deseo hacer sentir mál a nadie. Pero no puedo dejar de sentir incomodidad y hasta molestia al leer algunas páginas en internet que afirman ser cristianas pero que tienen prácticas extrañas. En Venezuela ya estamos acostumbrados (eso no es bueno, y es lamentable) a que cada año los adeptos de la religión Yoruba den algo que se llama "La Letra del Año" que es una especie de profecía anual.

Algo parecido ha venido sucediendo en iglesias que denominaré neo - evngélicas, o post - evangélicas que a pesar de que sostienen aún doctrinas que se pueden reconocer ortodoxas, han sido secuestradas por mercaderes de la fe, por hombres que han hecho de la grey de Dios un negocio deshonesto, alejando poco a poco a las almas de la verdad que da vida.

¿Cultura Cristiana?

Claro que existe una cultura cristiana, sin duda alguna existen principios eternos, inmutables, universales y fundamentadores de la sociedad, de la ley civil y penal, de la moral práctica y la fe. La tenemos en las sagradas Escrituras judío/cristianas, y esa cultura forma parte de una tradición de más de mil años en Oriente y Occidente.

Me sorprende cuando alguien justifica la adhesión a una práctica abiertamente contraria a los principios cristianos argumentando que es "un asunto cultural o de consciencia o de interpretación" y como están las cosas cualquiera podrá "legitimar" incluso una aberración protestando asuntos culturales, libertad de conciencia y libre examen de las Escrituras. 

La verdad es que miro cada día con mayor cautela a quienes afirman ser "libres pensadores". Eso suena muy bien, sobre todo en nuestros días de "diversidad", pero la verdad es que solo somos "libres pensadores" cuando nuestra conciencia es liberada por la verdad absoluta que es Jesucristo y su doctrina que implica una cosmovisión cristiana histórica que necesariamente debe impregnar al ser humano de forma integral impactando a la familia, a la comunidad, a la ciudad y a la nación.